sábado, 9 de enero de 2010

NOTA PUBLICADA MOLINOS DE TORRES



El Molino de Torres, una edificación con más de 300 años de historia cordobesa




Pocos metros después del ingreso a Villa Warcalde se erigen dos construcciones antiquísimas: el Molino de Torres, construido en el siglo XVIII, y un edificio que data de 1650. Según los relatos de Daniel Bravo Tedín, la estructura más vieja fue una posta, utilizada por las carretas tiradas por bueyes que transportaban cal desde La Calera hasta la ciudad de Córdoba.

Esas tierras formaban parte de la merced que le otorga el fundador de Córdoba, Jerónimo Luis de Cabrera, a su sargento Juan Molina Navarrete. Tiempo después, su nieto comienza a realizar negocios con los jesuitas, que habían adquirido la estancia de La Calera.

Entonces, el edificio se convierte en una posta para el tráfico de carros cargados de cal para la ciudad de Córdoba, tirados con bueyes. A mediados del siglo XVIII, la propiedad es adquirida por el obispo Diego Salguero y Cabrera, que construyó el molino para abastecer al Hospital San Roque, fundado por él en 1737.

En 1848, Francisco Torres compra el molino a los frailes betlemitas, que lo administraban y tenían a su cargo el hospital. Torres lo mantiene en funcionamiento hasta 1875, fecha de su muerte.

Luego, al predio lo compra Heriberto Martínez y en la zona se construyen hermosas casas de veraneo de las familias más aristocráticas de Córdoba.

En 1936, la Asociación Educacionista Argentina de los Hermanos de La Salle adquiere el molino, hasta que a mediados de la década de 1990 lo concesiona a la Asociación de Amigos de Puesto Jesuítico y Molino de Torres.

La Asociación, junto al Grupo de Rescate Arqueológico del Museo de Antropología de la UNC, recuperó los dos edificios, que se habían deteriorado con el paso del tiempo.

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